miércoles, 19 de marzo de 2014

CIDH vs. Ordóñez. Un DOFA rápido.




El hecho reciente. 

Ayer se conocieron las medidas cautelares expedidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos - CIDH, que ya tenía clara y estudiada su decisión, tomando en cuenta que expidió las mismas pocas horas después de que se tomara la medida de su destitución a nivel nacional. Las mismas ordenan "suspender los efectos de la decisión del Procurador" hasta que  la CIDH decida si el Procurador ha violado la Convención Americana de Derechos Humanos a la cual está suscrita Colombia y si el Alcalde Petro tiene garantías internas efectivas que protejan sus derechos políticos. (Artículo en la Silla Vacía).  

Un DOFA EXPRESS. 

Sin tratarse de un estudio profundo de la situación, se presenta aquí una aproximación analítica a lo sucedido hasta el momento de esta decisión de la CIDH, desde el punto de vista de la comunicación y del desarrollo organizacional e institucional. 


En resumen, es positivo que el país haya tenido hasta ahora la oportunidad de este aprendizaje dado por esta "serie de suspenso" político y social. Depende de su ciudadanía tomar la decisión de seguir una ruta de mejora, organizada en nodos de innovación y proposición, conectada incluso con legisladores responsables. 

El tema no está resuelto, pero ahora el país podrá ver cómo se develan poco a poco, varias agendas ocultas (a la vista), mientras que las opciones de cambio, deben entender que su responsabilidad es entregar, comunicar, gestionar con efectividad, escuchar difundir y concientizar sobre sus resultados, porque como es bien conocido, lo que no se comunica, no existe. 

Esta decisión de la CIDH, aunque es solamente un paso más y aún hay pasos por recorrer,  me alegra por varios motivos:

- El control político no puede seguir intereses particulares. 
- La visión de opciones como la Bogotá Humana es necesaria, (aunque deba mejorar).
- La pluralidad política es la base del desarrollo democrático.
- Defiende la voluntad elegida por el voto y exige tácitamente una transparencia en las razones de decisiones extremistas como las que ha protagonizado Ordóñez, con atribuciones que son incomprensibles a la luz de la lógica de la democracia.

1. Fortalezas y Oportunidades. 

a. Colombia ha tenido un proceso de educación ciudadana en vivo. El despertar no es sencillo, y nuestra población ha sido tradicionalmente pasiva, lo cual incluso se demostró con la abstención masiva en las elecciones legislativas, incluso por parte de estudiantes que antes protestaron con legitimidad, pero que no cumplieron el ejercicio completo. Sin embargo, personas de uno y otro bando, han tenido que reforzar su argumentación, y en ese proceso han aprendido más sobre democracia. El tener una posición u otra en sí no tiene nada negativo, mientras se argumente con fundamento ético a la luz de los principios democráticos. La calidad del debate está mejorando lenta, pero ostensiblemente en la opinión ciudadana, y las posiciones fundamentalistas, cada vez más, van quedando como sesgos poblacionales, y no como promedio compartido. Sus resultados en mejora institucional no se darán en pocos años, pero irán sumando logros, y ello construye una ruta de gran potencial. La presencia de personas manifestando su protesta no necesariamente a favor del alcalde actual, pero sí en defensa del respeto a la elección popular, también va concientizando en favor de lo que es la democracia verdadera, no simplemente como ejercicio proselitista, sino como concepción integral de la mejora del Estado, que debe enfocarse en el seguimiento y en la acción legítima a nivel ciudadano.

b. Lección de cordura en Derecho. Las medidas de la CIDH, evidencian para la opinión pública, que el país ha aceptado un orden legislativo y judicial plagado de vicios, además de enviar un salvavidas contra la esquizofrenia nacional. De la coherencia y articulación ciudadana dependen en gran medida que se genere una presión positiva para una reingeniería en estas ramas del poder constitucional. 

c. Educación en la exigencia de un Estado de Derecho y de Derechos. La medida de un desarrollo humano, organizacional y nacional, es la conciencia personal sobre nuestros derechos, deberes, libertades y compromisos. El cliente del Estado es también su dueño y junta directiva: la ciudadanía. La democracia representativa se ha desgastado en Colombia, la participativa, no basta, y es necesario ir formando una conciencia de democracia del compromiso. Ello está inspirando un afán de coherencia y consistencia incluso en la vida personal de una buena parte de la ciudadanía. La visibilización progresiva de abusos contra los derechos parece una mala noticia, pero es positiva: el primer paso de la solución es hacerse concientes del problema. La basura no se barre bajo la alfombra. 

d. Conciencia frente a un emprendimiento responsable. La formación de una mentalidad autónoma y propositiva, es agenda pendiente de la educación a nivel nacional, aunque a nivel local se han hecho progresos. Eufemismos como llamar "empresario" a los Nule, o a William Vélez  comienzan a ser evidenciados. Aunque hoy el reto del ciudadano es no entrar en radicalismos, lo cierto es que poco a poco se va educando sobre la diferencia entre instituciones que tienen como fin garantizar los derechos fundamentales, y que no pueden obedecer a leyes del mercado (sí de administración efectiva y sostenible), y empresas que deben obrar con responsabilidad a la luz de lógicas holísticas de gestión rentable, responsable y de comercio justo: el e,prendimiento y la creación de riqueza son necesarios, cuando son sustentables y sostenibles. 

Es sano que haya llegado esta reflexión, aunque su resolución tomará tiempo en la opinión pública, especialmente en un entorno donde el gobiernismo ha feriado el país, destruyendo la base productiva de empresas y emprendimientos ciudadanos que sí agregan valor. 

e. La alcaldía ha escuchado un campanazo, y es viable que tenga la oportunidad de mejorar sus estructura de ejecución y gestión. De su sabiduría para integrar las críticas a procesos de mejora, se podría resolver un final exitoso. 

f. Entrega a la ciudadanía una luz al final del túnel. Al hacer presencia la CIDH, el ciudadano comprende que por encima de vocaciones personalistas que se deben aceptar con fatalismo, existe una ética, y aunque la CIDH no es una figura mística y absoluta, sino una institución humana, sí ofrece un contexto sobre la forma en que se actúa, cuando no hay intereses particulares contaminando la decisión popular no solamente de un alcalde, pero sobre todo, de vivir en un país donde espera que el mismo, sea democrático y le ofrezca oportunidades de desarrollarse. El camino es aún largo, pero es posible que haya iniciado. 

g. La importancia destacada de medios alternativos con mejores opciones de análisis e información. La masificación de internet (en ello el actual gobierno sí ha tenido aciertos).  ha permitido la emergencia de medios más serios en su equilibro, como la Silla Vacía. Nuevos esfuerzos como Pulzo, Las 2 Orillas, Confidencial Colombia, entre otros, hablan un lenguaje de diálogo (destacando aportes ciudadanos argumentados) y enriquecen el debate con posiciones diversas y más transparentes. De igual manera, las personas aprenden a ser emisores en sus blogs, redes y grupos de creación de contenidos, mientras los medios tradicionales siguen una lógica de los años 80, y muchas veces caen en prácticas como el Hoax, como medio de colonización primitiva de las redes sociales. 

Sin embargo, incluso algunos de esos medios han mejorado sus prácticas, y también hacen presencia progresiva medios antes reducidos a las regiones. Ahora la competencia es internacional, y ello favorece la calidad, porque el usuario, en la medida de su formación comunicacional, puede encontrar la contrastación en Google. Es cierto que hay retos en la formación pública en ese sentido, y los riesgos de propagación de bulos existe, pero es un tema de riesgos inherentes al medio, que se irán solventando, debido a que las comunidades van desarrollando autorregulación y filtración de calidad. 

Canal Capital, a pesar de los ataques, se ha posicionado por primera vez desde su creación, como una opción necesaria y pluralista de televisión. 




2. Debilidades y Amenazas. 




a. Colombia evidencia una democracia débil. Dos ramas del poder, la ejecutiva y la judicial se supeditan a un suprapoder no elegido que se personifica en la Procuraduría, bajo intereses que responden más a intereses de agenda oculta que a lógica de ombudsman democrático y transparente (es notorio que la Defensoría del Pueblo sea inoperante en términos prácticos). 

Es una situación exótica, con referentes claros a hegemonías premodernas. La rama Judicial ha actuado a través de muchos de sus miembros, como servidor no de la legitimidad, sino de un juego de manipulación legal que ha desestimado la causa democrática y de justicia equilibrada, sin entregar una explicación clara, suficiente y completa de cara a la ciudadanía. Más allá de tener simpatías o no por el alcalde, se ha optado por "vías de hecho legal" al amparo de la interpretación de la ley, para desconocer el resultado de una elección popular. En cualquier país civilizado en términos de democracia, ello es impensable.

b. Incapacidad del Legislativo Nacional. Fue necesario que un organismo internacional, la CIDH, con miembros extranjeros y sin intereses personales o institucionales en el país, entregara una visión objetiva que la rama judicial ha demostrado no poseer en términos de las competencias éticas y estratégicas necesarias para hacerlo. Algunas veces inmiscuido en tratos poco éticos, en dilaciones o en ejemplos de comportamiento que le quitan su autoridad moral frente a la opinión pública, el legislativo agrega otro bemol frente a la opinión pública nacional e internacional. El que la justicia interna no haya podido con este caso, envía a nivel nacional la imagen de desamparo local y a nivel internacional, la imagen de retraso cultural y democrático como nación, hermanándola con casos como el de Leopoldo López en Venezuela, cuya efectividad democrática, está hoy en entredicho. 

c. Manipulación de la Carta Magna.  La Constitución se ha convertido en un tema de comidilla y triquiñuela política. Ha sido impresentable, cómo cada facción representada en juristas, panelistas y analistas, entrega su interpretación sobre la misma, algunas acertadas en democracia, otras contrarias al Bien Común. Lo absurdo es que la Constitución no ha sido empleada como guía, sino como recurso de manipulación mediática y de opinión (Calame, 2009). El país no ha comprendido que la Constitución no está para discutirla y convertirla en entertainment opinionista, sino para aplicarla. Es el contrato social básico de cualquier país. Por lo demás, los constitucionalistas y creadores de la constitución, no han asumido una posición clara de responsabilidad frente a los excesos otorgados a la figura de la Procuraduría, en contradicción con los principios democráticos. 

d. Prácticas privadas ilegítimas e ilegales. Se ha aducido en algunos espacios institucionales y mediáticos que la Procuraduría tenía una causa para dictaminar la destitución y la inhabilidad política durante 15 años, en virtud de que Petro había atentado contra los principios de libre empresa (!). Personalmente practico e impulso el emprendimiento, del cual vivo en muchos sentidos, soy consultor de emprendedores, instituciones públicas y empresas privadas, pero también sé, como lo sabe la economía básica y lógica, que el éxito de un país y de una empresa se mide en términos de su aporte a la sociedad y entiendo que el derecho de una empresa está supeditado al derecho de sus clientes y usuarios y al valor intrínseco que les ofrece y cumple. 

Lo que aquí vimos es diferente; se trata de un esperpento conceptual causado por la coexistencia, desde los años 90, con un sistema antieconómico que desde el gobierno nacional anterior entrega cifras abultadas de dineros que no reeditúan en desarrollo, y que buscan poner en manos del mundo de la especulación, e incluso de la corrupción, los derechos fundamentales como el procesamiento de basuras y el servicio de agua potable. En pos de una defensa a contratistas que han hecho del estado una feria, se castiga al mensajero, al corrector y no al transgresor. Por lo demás, algunos sectores del  país demuestran una gran ignorancia frente a tendencias internacionales de administración responsable, y aunque estoy de acuerdo en que Petro no gestionó los riesgos en ese caso, de la mejor manera, es cierto que ese vacío es un tema de mejora continua y diálogo con el cliente ciudadano simplemente, en virtud de que su enfoque es adecuado, y no se trata un asunto de destitución, muerte política o suplantación del poder popular por parte de un organismo no elegido. 

e. Necesidad de reforzar la capacidad de gestión en la Alcaldía. La Alcaldía ha seguido una visión acorde con el concepto internacional y vanguardista de equidad con referencias claras a la Economía del Bien Común, (interés de equidad, de educación, medio ambiente, oportunidades de empredimiento para poblaciones vulnerables, etc), pero es cierto que debe repensarse y acompañarse de gestores efectivos que aprovechen tanto el respaldo que ha ganado, como los retos que se espera, cumpla. 

Es preciso decir que los ejes trazados son necesarios y ya causan resultados en cambio institucional local con reconocimiento internacional, pero también, que se debe mejorar en competencias administrativas en términos de gestión estratégica, desarrollo organizacional y ejecución. Ello exige la aplicación de mejores competencias administrativas en algunas dependencias, mejor gestión de talento humano y establecer culturas internas efectivas en sus dependencias (algunas ya la tienen, pero deben ser la norma). 

f. Un canon mediático sin responsabilidad social. La prensa colombiana y los medios tradicionales en general, han sido desastrosos y han mostrado gran irresponsabilidad, con excepción tal vez de El Espectador. 

Reiterados comportamientos de Caracol Radio y Semana son francamente escandalosos. La tendencia de RCN parece oponerse al bien del país y Semana ha perdido credibilidad. Caracol TV, BluRadio, también ponen en duda su calidad informativa en términos de esta situación. En general se transparenta un canon compartido, ausente de pensamiento crítico, con intereses lejanos a la comunicación pública y social, en términos de entregar contrastación, puntos de vista e información para la formación autónoma de opinión. 

En lugar de ello, ha reincidido la falta de interés por la población, por la verdad y por la transparencia informativa. El producto que los medios ofrecen es la información, y si la misma sigue un canon compartido y sesgado, proclive al bulo, la comunicación, deja de ser social y deja de ser comunicaicón. 

Un fenómeno de control de opinión que se ve a nivel mundial, pero que en Colombia es especialmente agudo, al comenzarse a configurar con claridad un panorama en el cual ese tipo de medios violan los principios del periodismo, para definirse como áreas de Relaciones Públicas, no declaradas, y fines únicamente a los intereses de sus accionistas y juntas directivas, bajo lógicas no corresponsables. Los ataques continuos a Canal Capital, además, ya entran en el nivel de desfachatez, y aunque es claro que siempre se puede mejorar, lo cierto es que antes, la TV pública o privada no ofrecía espacios para la formación de ciudadanía. 

g. Opinión pública con necesidad de educación. Gran parte del público evidencia necesidades de educación en desarrollo de conciencia política, comunicacional y pública, al constatarse que partidarios de una y otra orillas, aparecen muchas veces como objeto de pendulación impulsada por los medios dominantes, y causada por la pobre formación de una opinión propia, especialmente en las clases media, media alta y estudiantil. 

De igual manera, gran parte de la opinión pública parece vivir en ausencia del pensamiento contextual, a juzgar por su poca memoria frente a la debacle causada por Samuel Moreno y el gobierno laxo y poco profesional de Lucho Garzón, con administraciones que dejaron a la ciudad en un lamentable estado financiero, institucional y contractual, sin rumbo, además adobado por una invasión de contratistas negociantes (me niego a llamarlos empresarios, porque lo que hacen no es empresa), que depredan al estado en colaboración con mafias con denominación eufemística, como el Carrusel de la Contratación. El desmonte progresivo de esa mafia causó en gran medida la crisis de las basuras.

h. Vacíos en Comunicación para la Gobernabilidad por parte de la Alcaldía. La alcaldía ha llevado una gestión de cambio para mejoramiento en muchos campos, que ha quedado invisibilizada, también porque no se aplican comunicación organizacional, institucional y comunitaria. 

Maneja procesos no profesionales, demasiado Twitter para manejos internos, la confianza excesiva en publicaciones sin articulación, no envolventes y muy puntuales; un periódico cada 3 meses  y un manejo de redes no bastan para acercarse a la gente, se necesitan porgramas permanentes de comunicación, rendición de cuentas, retroalimentación, formación ciudadana y marca social (no se presentan a nivel general programas estratégicos de comunicación para el desarrollo, formativas y divulgativas, tanto a nivel interno, como externo, aunque sí hay casos puntuales que sí siguen estas prácticas positivas). 

No se intuye un canon constituido por políticas y plan integral de comunicación y marca social propositivos que dirijan y acompañen la gestión tanto a nivel público, como en el  desarrollo organizacional. 

Aunque las convocatorias a protesta pacífica ciudadana son válidas, legítimas, positivas y han sido exitosas, esta Alcaldía se ha caracterizado por una comunicación reactiva y no propositiva, lo cual reduce el eco de sus logros. 

Los cánones de comunicación y de comunicación de crisis tienen un principio básico que ha sido desconocido por la administración como un todo: se debe comunicar y escuchar de manera envolvente, y se debe practicar el liderazgo propositivo; la reactividad solamente es una contingencia, y debe ser virada rápidamente a la asertividad positiva. 

El planteamiento comunicacional público no sigue estándares de buenas prácticas estratégicas a nivel general, aunque es necesario afirmar que Secretarías como la de Educación y otros casos, sí las están comenzando a aplicar de manera progresiva. Lo sé por experiencia propia, como consultor en la formulación de políticas de comunicación para ese organismo. No voté por Petro, pero acepto proyectos que investigamos para asegurar su idoneidad ética, y debo decir, que los principios de esta Alcaldía son congruentes con la visión de desarrollo que hoy mueve el avance de las sociedades más avanzadas en el planeta. 

i. Obstaculización de la gestión. Los primeros años de una administración, son normalmente de preparación, planeación y estructuración de procesos, máxime cuando se viene de una debacle como fue la "administración" de Moreno. 

Con la acción del Procurador, y aunque la Alcaldía ha intentado el seguir con las ejecuciones de la segunda mitad del período, lo cierto es que los planes estructurales se ven afectados, incluso derruídos, perdiéndose esfuerzo, recursos, tiempo y conocimiento invertidos en la primera mitad. Iniciativas de cambio que entran en fase de ejecución a nivel ambiental, transporte, educación, ordenamiento urbano, entre otros, deben luchar en medio de un ambiente de incertidumbre. Cualquier persona que entienda sobre gestión lo puede intuir. 

j. Ausencia de liderazgo facilitador en el ejecutivo. La presencia de un presidente sin liderazgo, más ocupado de sus intereses electorales que de velar como guardián y guía de la democracia según el formato presidencialista de nuestra República, genera desorden social e institucional. 

Es cierto que esto no es un problema solamente de la administración Santos, es más una tendencia que ya cumple casi 25 años, pero lo cierto es que en esta ocasión, el presidente tendrá que enfrentar la situación y tomar partido, porque ahora el tema es internacional, y más que la apariencia, deberá asumir si en él prima su conveniencia política o su compromiso juramentado el día que tomó posesión de su cargo.  

Un presidente democrático, debe asumir costos políticos, en pos de los principios democráticos, y no es elegido para perpetuarse a sí mismo o sus allegados, sino para resolver la administración de un país, dejar rutas sostenibles, para una nación que hoy, se debate entre cifras abultadas que no aterrizan en desarrollo y una inequidad social que le hermana con países del África subsahariana. 



¿Qué hará el presidente con todo esto?  Es una situación compleja de respuesta simple. Evidenciar si es demócrata, o no. De la ciudadanía dependerá leer con pensamiento crítico los hechos que están por llegar.