viernes, 8 de abril de 2016

El traje invisible en Bogotá y América Latina

Michael Hague's Favourite Hans Christian Andersen Fairy Tales

"No se trata de alabar o destruir trajes invisibles, sino de construir gradualmente mejores realidades tangibles"




El traje nuevo del emperador y las bebidas cola. El problema no reside en la exigencia de un doctorado para un funcionario público. El asunto se halla en la necesidad de experiencia, capacidad de innovación, alejamiento de malas prácticas, visión, capacidad administrativa, mentalidad estratégica, rigurosidad en el conocimiento, liderazgo, carisma, entendimiento de la era del conocimiento y ética frente a su jefe: la población. El asunto anida en hojas de vida respaldadas por probadas competencias, entendiendo que un mínimo de formación sí es necesaria, pero apoyada especialmente por la capacidad comprobable de aptitudes y actitudes. Si alguien se ha mantenido en el mismo negocio por más de 20 años, sin rediseñarlo o repensarlo por aferrarse a creencias y prácticas ya pasadas, no obtiene un cargo directivo en una empresa seria. Tampoco es idóneo quien nunca en su vida ha tenido un cargo administrativo de probada visión constructora (no basta su idoneidad en control político). Ello resume los últimos años en Bogotá. No se puede esperar la gratificación instantánea asociada con lindos cuerpos, rostros sonrientes y una playa sexy de un anuncio clásico. La bebida cola a la larga acidifica el cuerpo, lo prepara para enfermedades, recarga al hígado y destruye el equilibrio metabólico con grandes dosis de azúcar. Así se han vendido tradicionales dirigentes, como bebidas cola. Se debe optar por la pragmática construcción gradual que no logra milagros, pero que sí forma el milagro. El pensamiento mítico debe dejar su puesto al pensamiento crítico (no criticón).

Palabras talismán: creencias sin fundamento. El cliente también determina la calidad del posicionamiento. Es importante que el electorado no crea en palabras talismán, dogmas y creencias no comprobables más que por la repetición mediática, conducentes a decisiones riesgosas en el mejor de los casos. Mentalidad crítica y pragmatismo para analizar variables de entrada como visión del programa elegido; trayectoria del candidato; intereses y alianzas que es legítimo tenerles, todas las personas los tienen pero su higiene depende de calidad y contexto de los mismos, es decir, si son o no acordes con el bien común (sin importar sexo, "clase" o ideología); ética comprobada en el cruce de hechos; capacidad de gobernabilidad según el panorama que tendrá, entre otras. Todas requieren información y reflexión de calidad recibida o buscada activamente más allá de la punción reactiva-sensorial creada por una campaña, para llegar a la emoción cernida por lo racional- analítico; en pocas palabras, elegir por reflexión, no por impulso de compra. 

Trajes invisibles. "Social ante todo", "ser gerente", "ser más humanos", "hechos no palabras", etc, son términos vacíos sin significado denotativo cuando no tienen sustento en la realidad, especialmente cuando representan únicamente lo mínimo que se espera, no un diferencial (sin diferenciales realistas, no se dice la verdad y no se agrega valor). Cuando un slogan evidencia algo que debería ser obvio (el mínimo esperado), "la mejor desde 1890", "el número 1", "pídalo, el de siempre, el único", es entendido en marketing de avanzada para públicos que a la larga así lo comprenden, como la proyección disociada y emitida por quien realmente no cree lo que está repitiendo. Un automóvil no se vende con taglines como "tiene ruedas, y motor". Es cierto que todo tiene y debe considerar una dimensión connotada; pero en casos de selecciones no reflexionadas, reactivas, la connotación termina en un Traje Invisible, la compra inconsciente de bebidas cola. Reacción causada por la combinación entre actitud irreflexiva de un lado y acción persuasiva del otro,  mediante la repetición que distrae del hecho real del producto. Una mentira repetida no es real, pero una mentira asumida por el electorado sí hace real las consecuencias de la mentira. El problema no es contar con el grado, el problema es la falta de base real. No se trata de elegir bebidas cola, sino dirigentes.

Los cuentos de hadas pueden ser reales. Hans Christian Andersen no escribía cuentos de hadas, aconsejaba.