viernes, 8 de abril de 2011

Ley Lleras ¿Un freno violento al desarrollo?

Hernando Mestre, 2011


Leer el proyecto de Ley, mediante el cual se “regula la responsabilidad por las infracciones al derecho de autor y los derechos conexos en Internet”,  es sentirse en el pasado, exactamente en la corte de inquisición de Torquemada en el siglo XV. Al igual que en esa época se castiga la distribución de la información, en beneficio de conglomerados no responsables, y en contra de organizaciones sociales, empresariales, académicas y emprendedoras éticas, con el pretexto de capturar a unos “piratas” de los cuales, curiosamente, no se evidencia su verdadera naturaleza. 


Texto completo de la Ley en PDF
si piensa que esta imagen ilustra lo que siente por la Ley Lleras, puede copiarla y usarla.

¿Un mundo de plagio o un mundo de apoyo? 







En los años 50, el italiano Edgar Varese desarrolló los primeros atisbos de la música electrónica, aprovechando desarrollos tecnológicos que habían realizado otros. Basaba su trabajo conceptual en gran medida en el desarrollo del Dadá, con referencia a autores como Duchamp y John Cage. El Dadá había inventado el cadáver exquisito, esto es, el proceso que crea la obra de autor colectivo, en la cual primaba no tanto el ego del creador, sino su voluntad de crecer en influencia de opinión, a través del trabajo en equipo. Quedaba claro que el arte era una obra de todos, y más que un sistema de compra y venta, debía ser un sistema de desarrollo humano de redes enfocadas en el desarrollo social y conceptual. El Dadá era una comunidad curiosa, muy avanzada acaso, en la cual todos sus miembros obtuvieron un gran reconocimiento, precisamente, por saber trabajar en conjunto. Ellos, con la Deustche WerkBund, la Bauhaus, De Stijl y el Suprematismo, aportaron la estética del mensaje y del producto cultural, que hoy aún empleamos, en su esencia. (Se “fusilaron” mutuamente, para usar un término acorde con el espíritu de la ley en cuestión). 

No pienso que fueran sabios, tal vez muy avanzados en conciencia y en desarrollo intelectual, pero ante todo, sí eran grandes líderes, que sabían inspirar a muchos, no a través de la sujeción, sino a través del contenido argumentado y propositivo. Una labor romántica, en el mejor de los sentidos. Una labor que ha demostrado ser, también muy práctica, a juzgar por los actos que manejan hoy las empresas para conducir su marca en la sociedad del conocimiento, hechos basados en desarrollos Dadá, Pop Art, Conceptualistas, Minimalistas, Fluxus, y en general, mil vertientes de conocimiento, que hoy viven tácitamente en creativos, gestores, emprendedores, directores y estrategas que normalmente no saben de dónde viene lo que saben. (Tal vez todos somos proclives a ser acusados por esa ley).

 En los años 60, Nam June Paik comenzó a reeditar la imágenes, de forma convergente con la manera en que Warhol, Liechtenstein, Mel Ramos y otros héroes Pop, recontextualizaron marcas, imágenes de productos y celebridades, para convertirlas en la denuncia del virus social del rasero impuesto por el consumo. Durante los años 70, un grupo de cultores de la utopía disfrutó que gente como Ed Roberts inventara el primer computador personal, el Altair 8000, un equipo inútil para el lego, feo, y dedicado a la comunidad de geeks. La visión de algunos como Steve Jobs y Steve Wozniak, los llevó a desarrollar el primer PC personal realmente utilizable, y así nació Apple. Su sueño era llevar la información a la gente, no sólo a las empresas, que entonces empleaban mainframes gigantescos dedicados a hacer contabilidad. Hewlett Packard debe seguir lamentando el día en que Wozniak les ofreció el producto, y se burlaron de él, aduciendo que el concepto de tener un PC en casa era ridículo. IBM, unos años más tarde, entendió que debía avanzar y comenzó a poner PC personales en las oficinas (las terminales “tontas” de entonces), y ahora el procesamiento de palabras y de datos contables aceleraba el trabajo. 

Comenzó el proceso de un viraje de la economía del producto a la gestión de intangibles. Esas mismas empresas que antes veían como hippies indeseables a los geeks contestatarios y “comunistas”, ahora sentían como el trabajo de ellos aceleraba su desarrollo. El mundo comenzó a virar de la sociedad industrial a la sociedad de la información, y los tildados de “comunistas” por obra de visiones macartistas, muy adeptas a las reaganomics de Milton Friedman, fueron precisamente los causantes de la caída de la unión soviética, por obra y gracia del viraje en la producción económica que llevó al mundo a cambiar, de la elaboración de aparatos y commodities ( tangibles) al desarrollo de oferta de servicios de información (intangibles). Que permitió también el viraje conceptual de la industria explotadora de humo, carbón y acero, a la empresa responsable de desarrollo del conocimiento. América Latina no comprendió el cambio y por ello, perdimos 10 años, en la famosa década perdida. Esos 10 años no van a regresar. Y tampoco los 20 años siguientes. 

Posibles modelos del infractor según la Ley LLeras.
Wozniak y Jobs copiaron el sistema de Xerox, y desarrollaron el PC Lisa, el primero con interfaz gráfica, lo mejoraron, y terminaron por lanzar el elegante Mac. Muy hábilmente, Bill Gates, hizo una copia regular del elegante OS de Mac y produjo Windows, lo cual finalmente le permitió a Hewlett Packard, IBM, y tantos otros volver al ruedo, cuando ya veían negro su futuro. Ello hizo que el mundo se llenara de PCs. 

En los años 80, en ciudades como Detroit, Manchester y Ámsterdam, los Djs comenzaron a usar los discos producidos por otros no para reproducirlos, sino para usarlos como elementos musicales dentro de una pieza nueva: la edición era también creación. (El espíritu de la ley definitivamente no quiere entender estas sutilezas). En los años 90, las empresas no responsables tuvieron que entender poco a poco, que estar en contra de los preceptos ambientales y sociales estaba mal, porque grupos sociales, comenzaron a llenarse de información con internet, y ahora sabían lo que antes se escondía. Había nacido un verdadero control social, más evolucionado que el visionario hippie de los años 60. Roberts, Jobs, Wozniak, Gates, IBM, HP, y todos hicieron Benchmarking. (“Copiaron”, diría la ley). Motorola desarrolló la telefonía móvil y todos la usaron, también para producirla. Philips desarrolló la tecnología de almacenamiento óptico de datos y hoy todos tienen un CD. Ray Tomlinson inventó el e - mail y no recibe ninguna regalía por cada correo enviado. Aunque vive bien. 

Si aplicamos la Ley Lleras no hubieran habido ni PCS, ni celulares, ni sistemas operativos gráficos, ni internet, ni juegos de video, ni música contemporánea, ni autores como Gibson, Castells, Klein o Costa.


Reflexiones comunicacionales sobre la Ley Lleras 
Leer esa ley es entender un poco por qué países como Colombia están atascados, y no despegan. 


Es necesario leerla entre líneas, y no se requiere ser jurista para entender que los términos de derechos de autor por ella defendidos no tienen mucho que ver con progreso, o protección real del autor, entendido como aquel que innova en beneficio de la sociedad. 


Veamos qué se puede leer en el intertexto de la Ley Lleras:

1. Necesidad de favorecer a los grandes conglomerados: ISP, transmisores de datos, Telcos y similares, están obligados solamente a emitir políticas claras de protección de derechos de autor. Sin embargo, el gas metano emanado por esa ley, terminará por hacer que apliquen sistemas de control invasivos en los usuarios, para evitarse líos.

2. El autor de una obra, en la práctica, solamente puede hacer valer su derechos a la luz de un respaldo que solamente pueden cumplir los grandes conglomerados. (Parecidos a aquellos que en alguna época se burlaron de Wozniak y su PC).

3. Las empresas verán totalmente limitada la posibilidad de convocar comunidades (no podrán hacer marca por internet) porque sus usuarios tendrán miedo de interactuar, reproducir su mensajes, y divulgar un gusto o recomendación.

 4. Las empresas no podrán convocar comunidades de desarrollo, porque tendrán miedo de ser demandadas.

5. Las empresas (y soy consultor, lo he vivido), tendrán graves inconvenientes para difundir, incluso internamente, materiales necesarios para desarrollo organizacional.

6. En las comunidades, los pares verán con gran desconfianza a los demás, y se bloqueará el desarrollo acelerado de soluciones en sociedad, desarrollo, política, tecnología, sostenibilidad.

 7. La ley no comprende en absoluto que las comunidades se autorregulan y aunque hay ejemplos de abuso, son muchos más los de beneficio.

8. La ley piensa en el TLC todo el tiempo, y da la impresión de que el ministro de TICs de Colombia trabaja en Washington y vela por los intereses de Washington.

9. La ley desconoce todos los principios del e - government.

10. La ley asume como criminal potencial a cada usuario, y las probabilidades de descargo son prácticamente inexistentes, sometidas a criterios de personas que no entienden el funcionamiento de la red, o que defienden intereses creados.

11. La ley detendrá efectivamente el desarrollo del país en los próximos años, lacerará la educación, la responsabilidad social, el desarrollo del emprendimiento, el crecimiento participativo y lo cambiará por un entorno de hostilidad, en la cual, los mismos autores tendrán que ver como sus contenidos dejan de circular. 

Las marcas se construyen invitando adeptos, no asustándolos 
En el nuevo modelo, el producto intelectual es un medio estratégico para generar adeptos, no una camisa de fuerza que impida el desarrollo por el bien común. El producto digital no puede coexistir con una ley gaseosa que crea temores, miedos y permite que se abra el campo para medidas represivas a la hora de la verdad. 

Podemos llegar a ser una Cyberbia, una Cyberkeley, una Cyberfiesta, una Cybereconomía, o convertir a Colombia en el país del Gran Hermano. 

No soporto a quien plagia, pero pienso que no hay plagio, cuando una comunidad regula naturalmente, cuando se menciona el autor, y cuando ese material difundido permite al creador ganar adeptos y ocupar un espacio de influencia que le abre el camino para desarrollar programas de beneficio para todos, que obviamente, le redituarán, de forma transparente, y honesta. 

Hoy día se recuperaron los conciertos, los escritores deben dictar conferencias, y aparece día a día una infnidad de talentosos twitteros, facebookeros y otros autores, quienes, dentro de miles de redes, pueden trabajar en conjunto y pensar en un mejor futuro económico y social para ellos mismos y para los demás.

¿Será que estamos viendo las consecuencias del no entendimiento gubernamental de organizaciones sociales exitosas que inciden también en la conservación ambiental, social y económica del país? 

Dejar marca es llegar a ser una categoría social, no vivir en un castillo cerrado.
Soy consultor en marcas y comunicación, y sé que una empresa no es copiable, cuando se hace competitiva, cuando no deja de trabajar en su factor de transformación social su marca global, entendida como una categoría cultural; frente a ello, el bloqueo de la información es la mejor manera de detener el desarrollo humano. Todos sabemos que es delito infringir un Copyright, pero también sabemos que debemos trabajar por merecerlo y lo hermoso de este tiempo es que en cualquier lugar del mundo nos pueden leer, escuchar o citar. Esto no es un tema de cadenas, sino de control social.

Una ley que impida el desarrollo de la sociedad, es una ley que no es adecuada para nadie, ni siquiera para su posibles beneficiaros inmediatos, que a la larga verán perdido su mercado. El autor debe ser respetado, pero en serio: hoy toda la sociedad puede, en potencia, ser un autor. 

Hay países donde internet es gratis (Panamá) y los ISP deberán esforzarse en crear valor agregado y vender, dar servicio, convencer... (como todos los demás). 

¿Por qué Colombia no aprende a ver el futuro con espíritu constructivo? 
¿Por qué seguimos viviendo en el siglo XV, no el del Renacimiento sino el de la Inquisición?